[vc_row][vc_column][vc_column_text]FAKE FOLLOWERS Y PERFILES FALSOS
Cada vez con mayor frecuencia, además de los canales de publicidad tradicionales, las marcas y anunciantes buscan su promoción a través de las redes sociales y los denominados influencers. Los influencers son personas que, por su presencia e influencia en redes sociales, pueden llegar a convertirse en prescriptores de una marca o servicio, atendiendo a sus aptitudes, valores y estilo de vida. Las empresas, ofrecen colaboraciones remuneradas a los influencers a cambio de que éstos creen contenido publicitario para su marca (fotos, asistencia a eventos, vídeos…).
Actualmente, cuatro de cada cinco marcas destinan al menos un 20% de su presupuesto de publicidad a estas plataformas.
La difusión tradicional de la publicidad ha disminuido notablemente debido a su falta de credibilidad. En cambio, los influencers, que suman miles de seguidores a través de sus redes sociales se caracterizan por ser más cercanos y objetivos, ya que se trata de mostrar un estilo de vida con el que se sienten identificados a nivel personal.
“El fraude más común es el de la compra de seguidores, comentarios y ‘likes’”.
- ¿Se puede falsear el éxito?
El hecho de no contar con una regulación específica que controle y gestione este tipo de publicidad ha provocado distintas formas de fraude. Por ejemplo, Facebook ha admitido que 60 millones de sus usuarios son cuentas automatizadas. En términos de la red social Instagram, la más utilizada para la promoción de contenido publicitario, el fraude más común es el de la compra de seguidores, comentarios y “likes”.
Para destapar esta situación, la agencia de comunicación H2H creó un perfil falso en Instragram, a cargo de una actriz con una imagen elaborada y profesional, que a las tres semanas ya contaba con 30.000 seguidores y varias ofertas de colaboraciones remuneradas.
El problema está en que las marcas no indagan sobre la calidad e idoneidad de los perfiles de las redes sociales, y por ello acaban siendo víctimas de un fraude.
Lo más recomendable es actuar mediante un contrato entre el influencer y la empresa que estipule las cláusulas que se deberán llevar a cabo y, de esta manera, se pueda prever un retorno objetivo y una campaña publicitaria de éxito que cumpla con las expectativas de la marca.
“Suplantar la identidad mediante un perfil falso puede suponer un delito penal que será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años.”
- ¿Crear un perfil falso es delito?
No debemos confundir los perfiles falsos que provienen de cuentas automatizadas para sumar seguidores y likes a los influencers, con los perfiles falsos que intentan suplantar la identidad de una persona.
La creación de un perfil falso en el que se usurpa la identidad de una persona utilizando fotografías y/o datos personales ajenos, supone la comisión de un ilícito civil por la violación del derecho a la propia imagen recogido en el artículo 18.1 de la Constitución Española: “Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.”
Asimismo, la suplantación de identidad también podría suponer un delito penal regulado en el artículo 401 del Código Penal, referente a la usurpación del estado civil: “El que usurpare el estado civil de otro será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años.”
No obstante lo anterior, hay casos en los que no se comete ningún tipo de ilícito y no conllevaría ningún tipo de sanción. Es el caso de “EspeonzaAguirre” y “Llourinho” que son perfiles de Twitter que parodian a Esperanza Aguirre y Mourinho, respectivamente, pero en ningún caso pretenden suplantar su identidad.
Si se encuentra en alguna de estas situaciones, es fundamental contactar con un abogado para recibir asesoramiento legal antes de actuar.
*Ante cualquier duda no dude en contactarnos. Pida una cita en Lafuente Abogados llamando al 971 72 10 13/ 971 72 39 82 o rellene el formulario de contacto para ser atendido y asesorado personalmente en nuestro Despacho.
Nuestros Abogados responderán con urgencia y contundencia en defensa de sus derechos, primero intentando una solución extrajudicial al conflicto y si ello no es posible, ejercitando las acciones judiciales necesarias para proteger sus intereses.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]