PRECONCURSO DE ACREEDORES: LA HERRAMIENTA QUE PUEDE SALVAR A TU EMPRESA
Cuando un empresario tiene dificultades para hacer frente a sus obligaciones, debe saber que cuenta con un abanico de herramientas en el ámbito concursal y pre-concursal que pueden ayudarle a mantener la viabilidad de la empresa.
- La suspensión del deber de solicitar el concurso
Una de las medidas excepcionales adoptadas en el ámbito de la justicia por el Gobierno ha sido la suspensión del deber de solicitar el concurso hasta finales de año, con independencia de que se haya hecho una comunicación de apertura de negociación con los acreedores ex artículo 5 bis (Art. 583 TRLC) o no.
Sin embargo, ello no significa que no se pueda incurrir en responsabilidades por agravar la insolvencia de la compañía durante este periodo. Por esta razón, si considera que hay una posibilidad real de alcanzar un acuerdo con los acreedores, el empresario tiene ventaja en acudir a soluciones preconcursales que le permitirán protegerse – durante el periodo de negociaciones – frente a ejecuciones contra su patrimonio (salvo las ejecuciones que sean instadas por acreedores públicos).
- ¿En qué consiste el PRECONCURSO?
Cuando el deudor se encuentre en una situación de insolvencia actual o inminente y que no hubiera sido declarado en concurso podrá iniciar negociaciones con los acreedores con el fin de evitar el concurso y protegerse temporalmente de posibles ejecuciones contra su patrimonio.
Las soluciones preconcursales se articulan mediante la negociación de (1) un acuerdo de refinanciación homologado judicialmente o bien (2) un acuerdo extrajudicial de pagos pensado para las empresas de menor tamaño. En ninguno de estos acuerdos se podrá incluir al crédito público.
Las soluciones preconcursales conllevan menor tiempo y coste que un proceso concursal. Además el intento de llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos permitirá en caso de declararse el concurso acudir al mecanismo de segunda oportunidad.
- ¿Cuando tiempo pueden durar las negociaciones?
La empresa en situación preconcursal dispondrá de un plazo de tres meses para negociar con sus acreedores. Si en ese plazo no se llega a un acuerdo, la empresa contará con un mes más adicional para solicitar la declaración de concurso ante los Juzgados de los Mercantil.
En el periodo de estos cuatro meses, la tesorería de la empresa estará protegida de embargos y el empresario, por su parte, podrá reorganizarse e intentar recomponer la compañía en cuestión.
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Nuestros Abogados responderán con urgencia y contundencia en defensa de sus derechos, primero intentando una solución extrajudicial al conflicto y si ello no es posible, ejercitando las acciones judiciales necesarias para proteger sus intereses.