DIFERENCIAS ENTRE BIO, ECO, ORGÁNICO: QUÉ SE PIENSA Y QUÉ DICE LA LEY

DIFERENCIAS ENTRE BIO, ECO, ORGÁNICO: QUÉ SE PIENSA Y QUÉ DICE LA LEY

Muchas personas creen, erróneamente y quizá influidas por otras normativas, que existen diferencias entre estos tres términos: ‘bio’, ‘eco’ y ‘orgánico’.

La definición de ambos conceptos es que “implican un respeto al medio ambiente”. Por tanto, para ser reconocidos como tal, estos alimentos tendrán que cumplir una serie de requisitos, como, por ejemplo: elevado nivel de biodiversidad, buenas prácticas ambientales, preservación de los recursos naturales, respeto por el bienestar animal, ausencia de productos modificados genéticamente, asegurar las calidades esenciales del producto…

  • ¿Hay diferencia hay entre ‘bio’, ‘eco’ y ‘orgánico’? En España, ninguna.

El anexo IV del Reglamento (UE) 2018/848 es claro al respecto: para el idioma español, los términos que recoge la ley y que pueden emplearse de manera indistinta en el etiquetado de productos que cumplan la normativa son ecológico, biológico, orgánico y sus abreviaturas.

Por tanto, cuando leamos en un envase ‘eco’, ‘bio’ u ‘orgánico’, estaremos ante productos que cumplen exactamente los mismos requisitos.

  • Historia: Analizamos la evolución del prefijo “Bio”

En el año 1991, la Unión Europea reguló el uso del término ‘eco’ o ‘ecológico’ a quienes cumplieran la normativa de la agricultura ecológica. Dejando los términos ‘bio’, ‘biológico’ y ‘orgánico’ quedaron en el limbo.

Ante ello, el Ministerio de Agricultura, presionado por la industria alimentaria, hizo caso omiso a las directrices de la Unión Europea y puso como único requisito para utilizar el prefijo “bio” que el ingrediente principal del alimento en cuestión tuviese un origen animal o vegetal, dejando “eco” para los productos ecológicos.

De esta manera, cualquier alimento que cumpliese este requisito podía utilizar “bio” en sus estrategias de marketing.

No fue hasta el año 2004, cuando la Unión Europea decidió poner orden y publicar un nuevo reglamento comunitario por el que los términos ecológico, biológico, orgánico y sus abreviaturas solo se podrían utilizar para los productos procedentes de la agricultura ecológica.

Consecuentemente, en España se recogieron estas nuevas directrices y desde el 1 de julio de 2006, está prohibido utilizar el término ‘bio’ y ‘eco’ para productos que no cumplen los requisitos para productos ecológicos especificados en la ley.

Las estrategias de marketing evolucionaron: tan solo quitando la letra ‘o’ y dejando el prefijo ‘bi’ las etiquetas se consideran legales.

Ejemplos populares son las marcas Biosolán, que pasó a llamarse Bisolán; y el Biofrutas, conocido ahora como Bifrutas. Además de surgir otras denominaciones relacionadas con la palabra “vital”. Biovit Don Simón pasó a llamarse Frutavit Don Simón y Bio Liviana, en Vit Liviana.

Una de las marcas con más renombre del sector fue el de los yogures bio rebautizados como Activia.

  • ¿Ecológico es sinónimo de saludable?

No. Los científicos son claros al respecto. Diga lo que diga la ley, los productos etiquetados como ecológicos, biológicos y orgánicos tienen connotaciones positivas, pero no tienen por qué ser saludables.

En otros países, la motivación del consumidor para elegir productos ecológicos es su compromiso por la sostenibilidad del planeta. Sin embargo, cuando se trata de España, la razón principal para comprar productos ecológicos es que estos son más seguros y saludables.

Pero la evidencia científica nos dice que no tiene por qué ser así, pues a día de hoy, no han demostrado ser más ricos en nutrientes, ni tampoco más seguros, pues los pesticidas de origen químico también son seguros en las dosis que marca la ley.

Un bizcocho, por muy ecológico que sea, sigue siendo una bizcocho. Hay que atener siempre a los ingredientes: si lleva harina refinada y azúcar, no será saludable. No debemos centrarnos en comer alimentos que presuman de ‘natural’ o ‘ecológico’ en su etiqueta, sino en alimentos frescos y de temporada, que no llevan etiqueta.

 

 

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