Recientemente, distintos casos han evidenciado la necesidad de aclarar los límites del comportamiento de los influencers, sobre todo al promocionar productos o tendencias que influyen en la salud, la economía o la sociedad.
- Primero de todo. ¿Es lo mismo una ley que un código de conducta?
No, no es lo mismo. Una ley es una norma jurídica aprobada por el Estado y de cumplimiento obligatorio, cuya infracción puede acarrear sanciones legales. En cambio, un código de conducta reúne normas éticas o buenas prácticas que se siguen voluntariamente, normalmente dentro de un sector o entidad, y cuyo incumplimiento no implica multas, sino posibles consecuencias reputacionales o profesionales.
- Influencers y publicidad: la transparencia como obligación legal
La figura del influencer ha evolucionado de forma apresurada: lo que antes era una recomendación personal en redes sociales, hoy puede tener un impacto económico y social enorme. Y con ese poder viene una responsabilidad legal que no se puede ignorar.
No importa si el influencer recibe dinero o simplemente un regalo. La nueva recomendación es clara: cualquier colaboración que implique un beneficio debe declararse. Esto significa:
- Colaboraciones pagadas: debe indicarse claramente con hashtags como #Publicidad, #Ad o menciones tipo “colaboración con [marca]”.
- Regalos o productos gratuitos: también deben etiquetarse, por ejemplo, #Gift o #ProductoFacilitado. Aunque no haya dinero de por medio, el público debe saber que existe una contraprestación.
- La información debe ser visible desde el primer vistazo, no escondida en la descripción o al final del post.
- Pero más allá del marco legal, surge una cuestión ética: ¿cómo deben los influencers gestionar su influencia?
Etiquetar un post como publicidad no exime al influencer de ser honesto. La ética digital se convierte en el eje central.
Más allá de lo legal, los influencers enfrentan un deber ético: gestionar su impacto con honestidad. La audiencia exige autenticidad y responsabilidad. Ocultar riesgos o prometer beneficios falsos puede ser publicidad engañosa, con sanciones legales, incluso en contenidos como reviews o recomendaciones.
- Documentación y pruebas. Guardar contratos, emails y pruebas de productos recibidos es clave.
Guardar contratos, emails y pruebas de productos recibidos es clave. La normativa puede exigir evidencia de que la colaboración fue transparente, y contar con documentación protege al influencer ante posibles reclamaciones o inspecciones.
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Nuestros Abogados responderán con urgencia y contundencia en defensa de sus derechos, primero intentando una solución extrajudicial al conflicto y si ello no es posible, ejercitando las acciones judiciales necesarias para proteger sus intereses.